domingo, 22 de abril de 2012

"Oh, my, this place is going crazy!": El robo de Larry Bird

Si hablamos de baloncesto en los años 80 hablamos de la rivalidad más importante de la historia de este deporte. Boston Celtics contra Los Angeles Lakers, Larry Bird contra Magic Johnson. La edad de oro de la NBA. Ambos equipos se nefrentaron en tres finales y dominaron la década con 8 títulos entre ambos. Una de las finales más recordadas que enfrentó a estos colosos del baloncesto fue la de 1987, la última que disputarían en la gloriosa década. Pero si bien los Lakers se plantaron sin demasiados problemas en aquella final, los Celtics tuvieron que sufrir lo indecible para no faltar a la cita con su eterno rival.

En las finales de la Conferencia Este de 1987 Boston Celtics y Detroit Pistons se enfrentaban para decidir quién acompañaría al equipo del "Show Time" de Los Angeles en la gran final. Era un enfrentamiento entre el "Big Three" de Boston dirigido por K.C Jones, que contaba con un quinteto que todo buen aficionado al baloncesto conoce de memoria (Dennis Johnson, Danny Ainge, Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish), y los "Bad Boys" de Detroit entrenados por el legendario Chuck Daly, que aún estaban comenzando su camino al éxito con jugadores jóvenes como Isiah Thomas, Joe Dumars, John Salley, Dennis Rodman y el no tan joven Bill Laimbeer.

En el 4º partido de esa serie, Detroit sacó los colores a los Celtics con un sonrojante 145-119 estableciendo el 2-2 en el parcial de la eliminatoria. En el 5º encuentro (aquel recordadísimo 5º encuentro en el Boston Garden) el equipo de K.C. Jones marchaba por debajo en el electrónico con pie y medio fuera de la competición. La situación concreta era la siguiente: Boston abajo por un punto de diferencia y Detroit con posesión de balón en los últimos segundos del partido. Fue en ese momento cuando el eje del trébol céltico, Larry Bird, hizo acto de presencia, apareciendo cuando realmente el equipo le reclamaba. Mientras Isiah Thomas se disponía a sacar de banda, Larry Bird se despreocupó de su hombre, fijando su marca únicamente y de forma minuciosa en la mirada e intuición del base de Detroit, que no era otra que mandar el esférico a Bill Laimbeer. En un acto prodigioso de instinto defensivo, Larry ‘Legend’ leyó a la perfección la mente de Thomas e interceptó el pase colocándose en la línea del mismo. Por un instante parecía que el destino de Larry estaba en la grada, pero de forma milagrosa mantuvo el equilibrio y consiguió sacar de la chistera -girándose hacia dentro- un pase divino que su compañero Dennis Johnson, que iniciaba un corte desde la línea de personal, consiguió ejecutar para dar así, la victoria a su equipo, 108-107, en el último segundo de un encuentro no apto para cardíacos pero con un sitio infranqueable en la historia de la liga.


Y cuando el Boston Garden explotó de júbilo, Johnny Most, mítico locutor de partidos de los Boston Celtics gritó: "Oh, my, this place is going crazy!!!"


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