miércoles, 6 de junio de 2012

L'estasi dell'oro

Tuco salta desesperado intentando no resultar herido tras el impacto de la bala de cañón. Su antiguo compañero de fechorías, Rubio, intenta frenar su escapada a base de cañonazos. Cuando por fin encuentra el suelo tras mantenerse brevemente en el aire su cabeza impacta con una piedra. Sorprendido se gira para descubrir que la piedra con la que se ha chocado es una lápida. Había llegado al cementerio que buscaba. Comprueba de nuevo el nombre. Arch Stanton. Dubitativo comienza a buscar el nombre en las piedras más cercanas. El abrumador paisaje repleto de miles de tumbas no parece hacerle desesperar ni lo más mínimo. El tesoro estaba cerca, y esa era la única idea que invadía sus pensamientos.

Morricone ya ha empezado a hacer de las suyas y una melodía acompaña la escena desde el comienzo, lenta y solemne. Tuco sigue buscando un nombre. Un calor se apodera de él y empieza a correr. La fiebre del oro. El éxtasis del oro. L'estasi dell'oro, que así se llama la composición de Morricone crece y acelera la escena a medida que las pulsaciones de Tuco aumentan su ritmo. La imagen repasa rápidamente las tumbas en busca de la lápida que tenga inscrita el dichoso nombre.

Tuco sigue buscando, Sergio Leone sigue mostrando planos de lápidas a gran velocidad cuando, en el clímax, cuando Tuco, las imágenes mostradas por Leone y la melodía de Morricone han alcanzo su máximo esplendor, la escena se detiene. Arch Stanton. El tesoro.

Tarantino dice que es la película mejor rodada de la historia del cine. Yo no seré quien se lo discuta.

Sergio Leone, Ennio Morricone y Eli Wallach.